viernes, 9 de diciembre de 2011

EL CIUDADANO URDANGARIN

           Hace unas semanas el marido de la Infanta Cristina, Iñaki Urdangarin saltó a las primeras páginas de prensa. Según parece, Iñaki Urdangarin y su socio han estado cobrando importantes cantidades por supuestos servicios que prestaba el Instituto Nóos que es una institución sin ánimo de lucro, y lo ha hecho usando el nombre de la Casa Real y de su esposa la Infanta que también pertenece a la Junta Directiva del citado Instituto. El asunto tiene enjundia y la prensa a diario añade nuevos datos. La justicia ha tomado cartas en el asunto y está investigando. Pero todavía no se ha imputado a Iñaki Urdangarin de nada, y es aquí cuando aparece el exfiscal de la Audiencia Nacional, Ignacio Gordillo afirmando que se encuentra en una situación de absoluta indefensión.
            Según el señor Gordillo se han infringido derechos fundamentales de la persona como son el derecho al honor, el secreto de las comunicaciones… También el derecho a una defensa efectiva ya que el marido de la Infanta no ha sido oído, ni citado, ni informado de la acusación. Y todo ello podría viciar de nulidad el procedimiento. 
            Me da la impresión que una nulidad del procedimiento es lo que menos le importa al señor Gordillo. Más preocupado parece estar por la supuesta vulneración de los mencionados derechos fundamentales del yerno del Rey y sobre todo, por cómo afecte a la Casa Real este caso de posible corrupción.
            Pero la supuesta indefensión de Urdangarin no es tal. Por una parte está la actuación de la justicia y por otro la de la prensa. La policía y la fiscalía están investigando, y si no hay acusación no hay de qué informarle. Cuando llegué la imputación ya tendrá ocasión de ser oído, será informado de qué se le acusa y podrá nombrar abogado. 
               En cuanto al supuesto linchamiento mediático al que se está viendo sometido, no tendría porqué ser así si él no quisiera. Estoy seguro de que todos los periódicos que están informando del caso publicarían gustosos cualquier comunicación que Urdangarin les hiciera llegar al respecto. Acudirían a cualquier rueda de prensa que tuviera a bien convocar y le cederían el espacio que precisase para aclarar la situación. Iñaki Urdangarin, que no es un ciudadano normal y corriente (procede de una, más que acomodada, familia burguesa, fue deportista de élite y está casado con la Infanta Cristina) también podría responder con una querella contra esos periodistas que, según el señor Gordillo, están atentando contra su honor.
            En fin, que me muero de pena por la situación que atraviesa el ciudadano Urdangarin. Ese moderno Josef K del que Franz Kafka nos habló en su magistral “El proceso”.
           

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