lunes, 7 de noviembre de 2011

EL DEBATE

            Ya está aquí. Ya llegó. La madre (en este caso el padre) de todos los debates. Y no lo digo en sentido figurado, porque a continuación viene el debate sobre el debate, que, además del título que ha puesto una televisión a su tertulia de esta noche, es lo que vamos a tener durante una semana en todas las cadenas de televisión, radio y periódicos.
            Nos presentan un debate entre “los candidatos”, como si fuera la segunda vuelta de unas elecciones presidenciales, lo cual es un auténtico engaño para fomentar el bipartidismo. La política se ha convertido en un negocio en régimen de oligopolio en el que hay dos empresas en posición dominante que cada cierto tiempo (unos cuatro años) deciden medir y comparar su cuota de mercado.           
            Encargan encuestas y sondeos de opinión, ahora los llaman estudios demoscópicos, en los que directamente preguntan: ¿A quién prefiere a Rajoy o a Zapatero (Rubalcaba, en estos momentos)? ¿A quién va a votar al PP o al PSOE? ¿Quién es su favorito Barça o Madrid? Y así consolidan un dualismo simplista e infantiloide al más puro estilo yanki en el que se enfrentan las fuerzas del bien y del mal (elija usted quien representa el bien y quien el mal). Un planteamiento falaz para mantener ese tinglado en que han convertido la política y que refuerzan a través de cada noticia que dan los mass media sobre un determinado acontecimiento, ya sea el último dato de desempleo conocido o la decisión de invadir un país, con la valoración que hacen cada uno de estos “líderes” políticos o sus respectivos partidos sobre el mismo.
            Como preludio al debate de esta noche, la “macro encuesta” publicada por el CIS la semana pasada en la que nos dijeron lo que tenemos que votar. PP: 170-190, PSOE: 110-120. Los demás son nada. Súbase al carro del ganador.
            Históricamente han existido los pucherazos electorales que consistían en sustituir las papeletas de las urnas, falsear las actas electorales o más violentamente, impedir el voto del pueblo o comprar voluntades y votos. Ahora se hace más refinadamente, durante semanas, nos repiten lo que vamos a votar hasta que nos convencen de que votemos eso mismo. Eso y no otra cosa es la última encuesta del CIS un auténtico pucherazo. Preguntas dirigidas, encuestados elegidos y resultados “cocinados”. Así se explica que en la CAV prevean que PP y PSE doblen en representación a PNV y Amaiur cuando extrapolando los resultados de las municipales (22 de mayo) el PSE se quedaría en 3, el PP en 2 y PNV y Amaiur obtendrían 7 y 6 respectivamente. O en Navarra, donde predicen que UPN-PP conseguirá 3 y PSN 2, a pesar de que la suma de fuerzas abertzales casí dobló al PSN.
            ¡Democracia!

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