jueves, 27 de octubre de 2011

QUE CADA PALO AGUANTE SU VELA

            Hace unos días un político local reflexionaba sobre el final de ETA y el perdón que, ha decir de tertulianos y políticos profesionales, debe pedir a los familiares de sus víctimas para que estos lo nieguen y puedan humillarles “que siempre será poco en comparación con el mal causado”. En lo que debió considerar un alarde de ecuanimidad, afirmaba que también los presos de ETA y otros que ni siquiera eran de ETA habían sufrido un trato injusto e inhumano por parte del estado y llegó a explicitar que se refería a las torturas y malos tratos “que no digo yo que hayan sido sistemáticos, pero que los ha habido”; y, aquí viene lo bueno, añadía: “por culpa de ETA”. Vamos que ETA es culpable de las víctimas que ha causado y del sufrimiento que sus militantes y simpatizantes hayan podido sufrir por la acción directa del estado, incluso cuando sea una represión ilegal (torturas).
            Hombre, pues no. A ETA puede cargarle las muertes de 829, 859 o las que haya causado (que en el número exacto no se ponen de acuerdo los medios de comunicación) pero de la dispersión de los presos y el castigo añadido que supone para sus familiares, de los malos tratos y torturas que las distintas policías han cometido (ha habido, incluso, casos reconocidos por los tribunales), de desapariciones y muertes inexplicadas no le responsabilicen a ETA. Que cada uno, es responsable de sus actos y del sufrimiento que causa, no de lo que hacen los demás. ¿Se imaginan que se responsabilizase a HAMAS de los palestinos muertos en los bombardeos israelíes de Gaza? Bueno, sí pueden imaginárselo porque Israel lo hace, pero sólo despierta repugnancia con semejante actitud. ¿Se imaginan que un maltratador, después de golpear a su esposa, le dijera: “ves lo que me obligas a hacer, si yo te quiero mucho…”? pues eso.

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